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¡¡¡¡EMPUJE SU VAQUITA¡¡¡¡
Un maestro de la sabiduría paseaba por un bosque con su fiel discípulo,
cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve
visita al lugar. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la
importancia de las visitas; también de conocer personas y las oportunidades
de aprendizaje que nos brindan estas experiencias.
Llegando al lugar constató la pobreza del sitio: la casa de madera y los
habitantes, una pareja y tres hijos, vestidos con ropas sucias, rasgadas, y sin
calzado.
Entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia, y le
preguntó: "En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de
comercio tampoco. ¿Cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí? El
señor calmadamente respondió: "Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita
que da varios litros de leche todos lo días. Una parte del producto la
vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina,
y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo, y
así es como vamos sobreviviendo".
cuando vio a lo lejos un sitio de apariencia pobre, y decidió hacer una breve
visita al lugar. Durante la caminata le comentó al aprendiz sobre la
importancia de las visitas; también de conocer personas y las oportunidades
de aprendizaje que nos brindan estas experiencias.
Llegando al lugar constató la pobreza del sitio: la casa de madera y los
habitantes, una pareja y tres hijos, vestidos con ropas sucias, rasgadas, y sin
calzado.
Entonces se aproximó al señor, aparentemente el padre de familia, y le
preguntó: "En este lugar no existen posibilidades de trabajo ni puntos de
comercio tampoco. ¿Cómo hacen usted y su familia para sobrevivir aquí? El
señor calmadamente respondió: "Amigo mío, nosotros tenemos una vaquita
que da varios litros de leche todos lo días. Una parte del producto la
vendemos o lo cambiamos por otros géneros alimenticios en la ciudad vecina,
y con la otra parte producimos queso, cuajada, etc., para nuestro consumo, y
así es como vamos sobreviviendo".
El sabio agradeció la información, contempló el lugar por un momento, luego
se despidió y se fue. A mitad de camino volteó hacia su fiel discípulo y le
ordenó: "Busca la vaquita, llévala al precipicio de allí enfrente y empújala al
barranco". El joven espantado vio al maestro y le cuestionó sobre el hecho de
que la vaquita era el medio de subsistencia de aquella familia. Más como
percibió el silencio absoluto del maestro, fue a cumplir la orden. Así que,
empujó la vaquita por el precipicio, y la vio morir.
Aquella escena quedó grabada en la memoria de aquel joven durante algunos
años. Un bello día el joven resolvió abandonar todo lo que había aprendido y
regresar a aquel lugar, y contarle todo a la familia, pedir perdón y ayudarlos.
Así lo hizo, y a medida que se aproximaba al lugar veía todo muy bonito, con
árboles floridos, todo habitado. El joven se sintió triste y desesperado
imaginando que aquella humilde familia tuviese que vender particularmente
su terreno para poder sobrevivir. Aceleró el paso y al llegar allá fue recibido
por un señor muy simpático; el joven preguntó por la familia que en ese lugar
vivía hace unos cuatro años; el señor respondió que allí seguían viviendo.
Espantado, el joven entró corriendo a la casa y confirmó que realmente era la
misma familia que visitó hace algunos años con el maestro. Elogió el lugar y le
preguntó al señor (el dueño de la vaquita): " ¿Cómo hizo para mejorar este
lugar y cambiar la vida?".
El señor entusiasmado le respondió: " Nosotros teníamos una vaquita que cayó
por el precipicio y murió. De ahí en adelante nos vimos en la necesidad de
hacer otras cosas y desarrollar otras habilidades que no sabíamos que
teníamos; así alcanzamos el éxito que sus ojos vislumbran ahora.
MORALEJA:
Todos tenemos una vaquita que nos proporciona alguna cosa básica para nuestra supervivencia, la cual es una convivencia con la rutina; NOS HACE DEPENDIENTES, Y CASI EL MUNDO SE REDUCE A LO QUE LA VAQUITA NOS PRODUCE.
Descubre cuál es tu vaquita y aprovecha el nuevo para empujarla por el precipicio.
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Comentarios
Señor Velandia, yo empuje la mia y me ha ido muy bien, espero que este mensaje sea leido por muchos más.
ResponderEliminarFelicidades con su muerte...
Muy bien por su Blog, es de mucha utilidad para todas las personas que desean triunfar en la vida, soy a alumno del CREAD Yaguara, UniRemington, de ante mano agradecerle por su trabajo como docente para con nosotros.
ResponderEliminarTambien tengo un Blog hasta ahora lo estoy construyendo puedes visitarlo:
www.mandiguagua.blogspot.com