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Hemos hablado de liderazgo de todas las formas y por haber, sin embargo y retomando Michael Porter nos habla de algo que por error comenten los directivos de las organizaciones, y es no saber elegir bien.
Los directivos han llegado a ideas erróneas acerca de la necesidad de hacer elecciones, es decir que tan preparados están nuestros colaboradores a la hora de asumir el rol de dirigir. Cuando hay muchas empresas operando lejos de la frontera de la productividad, parece que no hace falta optar ni renunciar. Podría parecer que una empresa bien dirigida debería ser capaz de imponerse a todos sus rivales ineficaces en todas las dimensiones a la vez. Después de que los mas conocidos teóricos de la gestión empresarial les hayan repetido miles de veces que no tienen que optar ni que renunciar a nada, los directivos han llegado al convencimiento tal vez mal llamado machista, de que renunciar a algo sea síntoma de debilidad.
Aunque lo anterior suena nefasto para la consecución de las metas y objetivos trazados, son los directivos quienes tienen que valorar a sus colaboradores, darles confianza e impulsar las ideas propuestas. Desde luego, que todo parte desde el proceso de selección del mejor talento humano y es allí, la responsabilidad de los lideres de agrupar a un selecto equipo.
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